No es casualidad que cuando se está a punto de comprar un coche, su precio varía respecto a si éste es de transmisión automática o de transmisión manual. Pues sobre las decenas de razones, diferencias, ventajas y desventajas que encontramos, el argumento que le pone el precio más alto, es el de ser de transmisión automática, por ofrecer la mayor comodidad y mayor precisión, sobre la durabilidad y la sencillez que ofrecen los de transmisión manual.
De igual manera, existe una diferencia entre los líquidos que permiten el buen funcionamiento de los coches, como es el caso del aceite para transmisión automática, pues éste, por ejemplo, permite una lubricación completa y tienen una vida útil de hasta 600 mil kilómetros.
Una de las cualidades que tiene este aceite para transmisión estándar es que aminora la fricción de las piezas del coche para evitar su desgaste y permite a las piezas que tienen que embonar, como las bandas y el eje de cambio de las velocidades del motor, a que lo hagan suavemente, para prevenir su desgaste precoz. Además, debe tener la capacidad de soportar altas temperaturas, por no decir “extremas” para que permita mantener el motor con un buen rendimiento y de manera constante.
No debe dejarse a la ligera la elección del aceite que ocupara el motor de los coches. Pues para que se entienda el grado de importancia que tiene, sólo hay que verlo de la siguiente manera. Mientras que los motores fungen como el corazón de las carrocerías, los aceites se convierten en su columna vertebral; así que evidentemente, si uno de los dos falta, no hay soporte, no hay vida.
Como se sabe, los coches de transmisión manual no pueden alterar por sí mismos la relación de su transmisión, es por eso que el conductor debe hacerlo pisando el clutch, marcando el cambio de velocidad correspondiente en la palanca de cambios.
No obstante, se dice que los coches de transmisión manual se están haciendo cada vez más complejos, es por eso que continuamente los productores de aceites se ven en la necesidad de encontrar nuevas propiedades que les sigan permitiendo funcionar de la manera prevista y para que la experiencia de conducción sea perfecta. Es por eso que además de revisar la calidad del aceite, hay que verificar para qué versión de carrocerías está fabricado el lubricante, si para modelos antiguos o modelos recientes.
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