Elegir el lubricante adecuado es indispensable para el cuidado de la maquinaria industrial y el buen estado de los engranajes móviles del motor. Las grasas industriales son lubricantes que protegen a las máquinas por un periodo prolongado, creando una barrera protectora frente a la contaminación, el agua, la humedad, entre otros que dañan tanto al aceite como a las piezas de las máquinas.
A continuación, te contaremos qué son las grasas industriales, sus características, tipos y los usos que se les dan.
¿Qué son las grasas industriales?
Las grasas lubricantes se consideran sólidos o semifluidos que resultan de la dispersión de un espesante en un líquido. Su composición es del 80% al 90% de aceite base, del 2% al 20% de espesante y el resto son aditivos líquidos o sólidos.
En general, las grasas se formulan mezclando aceite, espesantes (que suele ser una base de jabón de litio) y otros aditivos que le dan propiedades de lubricación similares a las del aceite, pero con una textura más espesa, que permite una mayor adherencia a la superficie.
Las grasas se encuentran en consistencias que varían en cuanto a ligereza o espesor. Su ventaja más importante es que permanecen en la superficie donde se aplican y tienden a resistir ante las variaciones de presión y temperatura. Además, actúan como sello que protege a la pieza o rodamiento contra contaminantes que pueden desgastarla de forma prematura.
Tipos de grasas industriales
Al igual que otros tipos de lubricantes, las grasas se clasifican con base en diferentes aspectos, como el tipo de espesante utilizado, el grado de fluidez o viscosidad del aceite base y su consistencia o dureza.
Algunas grasas industriales tienen espesantes de jabón, mientras que otras no tienen aceites jabonosos. En ambos casos, el aceite base puede ser mineral o sintético. La capacidad de flujo de la grasa es determinada por la viscosidad del aceite base y del tipo y porcentaje de jabón utilizado para la formulación. Esta propiedad se verá afectada al exponer la grasa a variaciones de temperatura, presión y otros esfuerzos.
Las grasas tienen propiedades viscoelásticas gracias a la dispersión del agente espesante. Por esta razón se les conoce como sólidos plásticos a los lubricantes que contienen del 65% al 95% de aceite, del 5% al 35% de espesante y del 0% al 10% de aditivos. Si la formulación tiene más del 40% de sólidos, se denomina grasa, y si el porcentaje de sólido oscila entre el 10% y 40% se denomina grasa-pasta o pasta.
La consistencia de la grasa indica qué tan dura o blanda es y permite elegir el producto más adecuado dependiendo de las necesidades de aplicación.
Otra clasificación de las grasas industriales es a partir del tipo de aceite que las compone de forma mayoritaria:
Grasas con aceite base mineral
Las grasas minerales son aquellas derivadas de petróleo crudo, por lo que son de origen orgánico. Su principal ventaja es que se pueden adquirir a bajo costo. Además, después de un proceso de refinamiento de petróleo, se le añaden aditivos para mejorar las propiedades de la formulación y obtener lubricantes de alta calidad y resistencia para aplicaciones extremas, como la lubricación industrial.
Grasas con aceite base sintética
Como su nombre lo indica, los aceites sintéticos son obtenidos en laboratorio mediante diversas reacciones químicas para obtener lubricantes de mayor resistencia y durabilidad que los minerales. Por esta razón, su costo es mayor.
Dentro de las grasas industriales de base sintética se puede encontrar una gran variedad de formulaciones, texturas y niveles de viscosidad para satisfacer los requerimientos de las maquinarias.
Incluso se pueden encontrar grasas biodegradables, de alto rendimiento, especialmente formuladas para industrias como aeronáutica ya que desaparecen en un medio acuoso en un periodo aproximado de 21 días, sin causar daño al medio ambiente.
Aplicaciones de las grasas industriales
El uso de grasas industriales se limita a aplicaciones específicas, como en el caso de mecanismos en los que se requiere evacuar el calor a través del lubricante, maquinaria que trabaje a alta velocidad (de hasta 80.000 rpm), donde se requiera extraer partículas de desgaste y contaminantes, en maquinas que trabajan en condiciones extremas, con temperaturas de -180°C a 1200°C.
Por otro lado, también se producen grasas industriales de grado alimentario, los cuales pueden estar en contacto directo con las máquinas utilizadas en plantas de producción y transformación de alimentos, sin representar un riesgo de toxicidad para los consumidores y garantizando inocuidad alimentaria.
Ventajas de las grasas industriales
- Mayor adherencia a las superficies
- Máxima protección contra el desgaste, la contaminación y la corrosión
- Mejor capacidad de sellado y aislamiento
- Excelente capacidad de lubricación ante altas cargas, temperaturas y velocidades
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