Descripción y generalidades
Es un producto inorgánico no estabilizado, con el 80% de activo; se encuentra disponible en forma de polvo, presenta una alta solubilidad en agua y es ligeramente alcalino. Su principal aplicación es en la generación de dióxido de cloro (una vez disuelto y activado con ácido cítrico) utilizado para el blanqueo y desmantelamiento de textiles, pulpa y papel, así como en el tratamiento de agua potable.
Se utiliza como componente en la elaboración de enjuagues bucales o terapéuticos, pastas dentales, aerosoles o geles para la boca, así como en las soluciones utilizadas para limpiar lentes de contacto. En los sistemas de aire acondicionado y calefacción se usa para desinfección de los tubos y conductos, evitando la propagación de bacterias nocivas a la salud. Su uso es muy común en los rastros, en zonas de contención y cuartos donde se resguardan los animales antes de ser sacrificados, como agente desinfectante para limpiar paredes, pisos y superficies en general.
En años recientes se ha utilizado el clorito de sodio al 80, como agente oxidante en la conversión de furanos alquilo correspondientes a los 4-oxo-2-ácidos alquenoico en una síntesis simple “one pot”. Al igual que otros oxidantes, puede ser explosivo por lo que debe mantenerse protegido de la contaminación accidental proveniente de otros materiales orgánicos.
Uno de los usos más conocidos del clorito de sodio es como un supuesto suplemento mineral “milagroso”, que se promociona como la solución para enfermedades como cáncer, paludismo, ludus eritematoso, artritis reumatoide, parasitosis, infecciones bacterianas y, en el último año, ha causado una gran polémica en su uso contra el virus SARS CoV2, causante de la COVID-19.
Sin embargo, científicos reconocidos de todo el mundo, médicos y asociaciones de pacientes han desmentido que sea un producto idóneo para consumo humano, sino todo lo contrario: es un químico peligroso, tóxico y que, en países como España, su venta se considera un delito contra la salud pública.
La gran polémica consiste en su alta capacidad bactericida, ya que elimina los microorganismos presentes en el agua: virus, hongos y bacterias, pero no es apto para consumo humano: jamás uses productos desinfectantes sobre tu cuerpo ni los consumas, ya que puedes irritar tu piel, ojos y mucosas. Únicamente debes utilizarlos para limpiar superficies y, para ello, debes mantener precauciones.