¿Sabes para qué sirve el solvente mineral Deflex 34 o Adydsol 075? En este artículo te informamos lo que debes conocer acerca de sus aplicaciones como producto de limpieza profesional y, particularmente, sobre su aplicación en la industria de impresión, ya sea por flexografía o retrograbado.
También te contaremos cómo esta sustancia puede maximizar la vida útil de tus equipos y daremos una recomendación útil para el manejo seguro de este y otros solventes.
¿Cuáles son los principales sistemas de impresión?
Para decidir cuál es el solvente mineral más adecuado para tus procesos de impresión, es útil conocer los principales sistemas para este tipo de operación:
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Offset
Se trata de un sistema de impresión indirecto en el que se reproducen imágenes a color con cuatro placas que contienen una trama de puntos en distintos ángulos superpuestos que reproducen un variado espectro cromático. Esta técnica se emplea en tirajes grandes y medianos en los que se busca una excelente relación precio/calidad.
El sistema de offset se compone por una serie de rodillos y tintas de base grasa, que consiguen una impresión a partir del antagonismo entre grasa y agua. Para repeler los lugares donde no hay imagen, la placa se moja.
La importancia del uso de solventes, en este caso, radica en la limpieza y preparación de los cilindros, tambores y otras máquinas antes de la impresión. Para ello, resulta adecuado el thinner standard, un solvente general de gran calidad.
Por otro lado, aunque muchas tintas se venden preparadas para usarse, algunas veces cuesta diluirlas, por lo que el uso de solventes también es de utilidad para dejarlas listas.
Finalmente, con el objetivo de aumentar la vida útil de la maquinaria, es fundamental que, luego de la impresión, se limpien las mantillas y otras áreas del equipo.
Con este objetivo, es recomendable usar un producto como Wash blend, que, como su nombre lo indica, es una combinación de solventes que limpia efectivamente el exceso de tinta en mantillas y rodillos.
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Flexograbado:
En esta técnica se emplea un sistema de cilindros, de manera que la imagen queda grabada en un cliché de plástico, elaborado a partir de algún fotopolímero o hule flexible que se adapta a un cilindro o portaplancha en la máquina de impresión en zonas altas o de relieve. Estas últimas son precisamente las que se encargan de transmitir la imagen que se va a imprimir al sustrato.
Por lo anterior, se trata de un sistema ideal para diversos sustratos de impresión, entre los que encontramos papel, cartón, materiales plásticos, etiquetas y servilletas, etc.
De ahí que los solventes más comunes para esta aplicación sean el alcohol etílico, el acetato de etilo, isopropanol, el acetato isopropílico, el n-propanol y que, como retardador, se utilice el cellosolve.
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Retrograbado
También conocida como huecograbado, esta técnica ofrece una excelente calidad en proyectos con tirajes muy grandes. En este sistema, la imagen está grabada en un cilindro impresor que permite estampar los detalles finos.
La cuatricromía se hace con cuatro cilindros grabados, a través de una maquinaria en la que la tinta se deposita en los espacios de bajo relieve y se limpia con ayuda de una recaleta que retira los sobrantes y la transfiere a un soporte a través de un cilindro de contrapresión.
Posteriormente, las imágenes impresas pasan por un túnel de secado con aire que evapora el solvente de la tinta. Las principales aplicaciones del retrograbado son la impresión sobre empaques plásticos, bolsas para frituras, galletas o botanas.
Para este tipo de impresión, se utilizan solventes como el alcohol etílico, isopropanol, acetato de etilo, acetato de isopropílico, acetona, xilol, n-propanol, acetato de n-propilo y MIBK.
¿Para qué sirve el solvente mineral?
Solventes minerales, como el Deflex 34 o Adydsol 075, cumplen la función de limpiar los sistemas de impresión, maximizando su vida útil. Este solvente es un producto de limpieza de alto desempeño, que también se utiliza como diluyente de pintura en las artes gráficas.
Es ideal para trabajos de flexografía y retrograbado impresos en polietileno, celofán y polipropileno, entre otros materiales.
Además de ser reconocible por un aroma característico, este líquido claro destaca por propiedades como ser poco volátil o inflamable. Sin embargo, para un manejo seguro, es muy importante que se almacene con materiales compatibles.
En el mercado lo encontrarás en dos presentaciones: a granel o en tambores de 161 kilos.
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